La relación que tenemos con la comida es algo que a menudo pasamos por alto, pero que tiene un gran impacto en nuestra salud física y mental. Si estamos constantemente pensando en lo que comemos, si nos sentimos culpables después de comer ciertos alimentos o si nos sentimos insatisfechos con nuestra dieta, es probable que estemos teniendo una mala relación con la comida.

Afortunadamente, existen varias formas de mejorar esa relación y adoptar una alimentación más saludable y consciente. Lo importante es, primero, ser consciente de que algo no está funcionando entre la comida y tú, y que es algo que se puede sanar con el tiempo, apoyo y buena asesoría. 

Ahora, mejorar la relación con la comida puede traerte muchos beneficios, y esto también puede ser un gran motivador:

Ayuda a mejorar tu salud mental:

Dejar de sentirse culpable por comer ciertos alimentos puede ayudar a reducir la ansiedad y la depresión relacionadas con la alimentación.

Mejora tu salud física:

Al dejar de restringir ciertos grupos de alimentos, es más probable que obtengas los nutrientes necesarios para tu día a día para vivir con energía y vitalidad.

Mejora tu autoestima:

Existe la probabilidad de que, al dejar de sentirte culpable por comer ciertos alimentos, puedas tener una imagen más positiva de tí misma.

Mejora del disfrute de la comida:

Al dejar de ver la comida como “buena” o “mala” y permitirte disfrutar de una variedad de alimentos, es más probable que disfrutes de la comida y tengamos una relación saludable con ella.

Una de las formas de mejorar esa relación es a través de la alimentación intuitiva, una forma de comer que se basa en escuchar y responder a las necesidades de nuestro cuerpo, en lugar de seguir reglas rígidas sobre lo que debemos y no debemos comer. Es una forma de adoptar una alimentación más saludable y consciente.

Así que te comparto algunas claves que puedes comenzar a adoptar, poco a poco, para que la relación con la comida sea saludable, divertida y placentera:  

Date permiso incondicional para comer. 

No te sientas culpable por comer ciertos alimentos, ya que no hay alimentos buenos o malos. Todos los alimentos pueden ser parte de una dieta equilibrada.

Escucha a tu cuerpo. 

Aprende a reconocer las señales de hambre y saciedad y a comer cuando realmente tienes hambre.

No te restrinjas. 

No te prohibas ciertos alimentos o grupos de alimentos, en su lugar, trata de adoptar un enfoque de moderación y equilibrio.

Disfruta y come despacio: 

Al disfrutar de lo que comemos, estamos prestando atención a los sabores y texturas de los alimentos, lo que puede mejorar nuestra relación con la comida y hacer que la experiencia de comer sea más placentera.

Busca apoyo.

Si estás teniendo dificultades para adoptar una alimentación intuitiva, busca apoyo de un profesional de la salud mental o un nutricionista.

Espero que esta pequeña guía te anime a transformar la relación que tienes con la comida y la alimentación para regalarte el placer y el disfrute que mereces.