A continuación, la primera entrega de una especie de diario de una experiencia que creo que muchas mujeres hemos vivido: la lucha contra el sobrepeso. A partir de hoy, y cada semana, les contaré mi experiencia cambiando mis hábitos para lograr una alimentación intuitiva y un estilo de vida más saludable.
Ya he perdido la cuenta de las veces que he intentado bajar de peso. Cremas, gotas, dietas, fajas y varias membresías de gimnasio han sido parte de mi vida desde que, a los 22 años, me diagnosticaron ovario poliquístico y pasé de pesar 50 a casi 90 kilos en pocos meses debido a la resistencia a la insulina. Ahora tengo 36 años y sigo peleando con el sobrepeso, sigo llorando en los vestieres, sigo escondiendo mi barriga con ropa ancha y sigo, sobre todo, odiando la imagen que me devuelve el espejo.
De manera que ya me había resignado a ser la gordita y a usar, para siempre, ropa de señora grande, olvidarme de un vestido de baño y optar por programar mis vacaciones siempre en lugares en los que no tuviera que mostrar ni un centímetro de mi cuerpo. Sin embargo, algo muy dentro de mí conserva la ilusión de un día poder sentirme cómoda conmigo y, sobre todo, lograr un peso saludable, que no hiciera que la medicina me metiera en ese grupo llamado: población en riesgo por obesidad.
Al comenzar 2022 pensé que quizás era una buena idea buscar de nuevo una opción que fuera fácil de seguir, de entender y que no me obligara a aguantar hambre o a tomar batidos horrorosos. Sigo a mil influencers que hablan de dietas y rutinas para lograr el peso ideal y dando vueltas empecé a ver contenidos con los que me sentía identificada, videos que me hacían pensar: “uy, esto me pasa a mí”. La autora de esos contenidos es María José Jaramillo, quién habla de la alimentación intuitiva, sin restricciones, sin dietas… solo siendo conscientes de qué es lo que nuestro cuerpo necesita para poderlo empatar con eso que nuestro cuerpo quiere.
Así fue la primera semana con la alimentación intuitiva
Las tareas parecen fáciles: una rutina de ejercicios que me lleva máximo 45 minutos diarios, armar un menú a partir de un listado de alimentos deliciosos y fáciles de hacer y registrar con fotos todo lo que coma, para que ella pueda determinar si las porciones y los alimentos son las adecuadas.
Me siento ilusionada, pero asustada… son tantas veces que he empezado este proceso que tengo miedo a fallar de nuevo, tengo miedo a verme otra vez al espejo y darme cuenta de que mis esfuerzos siguen siendo en vano y que ahora y, para siempre, debo ser la gordita.
Si te interesa acompañarme en este proceso, saber qué pasa y cómo voy evolucionando, estaré documentando todo en bellennials.com y en la cuenta de Instagram. Si has empezado prácticas similares me puedes contar tu experiencia por DM así me siento apoyada.