Muchas de nosotras vivimos en zonas de confort que no queremos cambiar: Ya sea porque nos sentimos cómodas, porque no queremos arriesgarnos o porque, de alguna forma, nos da un poco de temor el cambio. Pero, ¿sabes algo? el movimiento es humano y enriquecedor, y proponerte nuevos retos, revitalizante.

Personalmente las zonas de confort me abruman y me aburren, amo el movimiento, me hace sentir viva, y cuando siento que algo me está estancando siempre busco cómo salir a flote. 

Proponerte nuevos retos puede ser motivador: Recuerda que cada cosa tiene su proceso, así que si no ves resultados inmediatamente no te desmotives, llegarán a su tiempo. Por otra parte, disfrutar del proceso hace parte de cumplir con nuevos proyectos o metas, permitiéndote, claro, replantearte caminos o incluso decisiones. 

Es importante que cada paso tenga un por qué y un para qué, las respuestas definirán la ruta a seguir.  Todas tenemos sueños y una vida que quisiéramos tener. Por ejemplo, ¿cuál es la vida de tus sueños? ¿Has pensado en el camino que debes construir para lograrlo? Que cada nuevo reto te vaya llevando, poco a poco, a ese lugar donde te imaginas: la claridad, la autocrítica y el autocuidado te guiarán hasta allí. 

Y recuerda, la vida es muy corta para no luchar por nuestros sueños y ese momento es HOY y AHORA. 

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