Durante años, las mujeres hemos sido bombardeadas con imágenes poco realistas de otras mujeres, reproduciendo así estereotipos de belleza inalcanzables para la mayoría de nosotras y que no reflejan la diversidad de cuerpos, pieles, cabellos y formas de ser mujer en el mundo. 

La belleza es una construcción social y cultural que varía según la época y el lugar. Pero lo que sí ha sido común durante los años es que las mujeres hemos sido sometidas a estándares y estereotipos de belleza restrictivos, lo que ha afectado la autoestima y el bienestar emocional y físico de muchas de nosotras. 

Pero, ¿qué son los estereotipos de belleza?

Los estereotipos de belleza son ideales o normas culturales que establecen cómo debería lucir una persona para ser considerada “hermosa” o “atractiva”. Estos estereotipos pueden variar según la cultura, la época y otros factores sociales, pero suelen estar relacionados con características físicas específicas, como la piel clara, el cabello liso, una figura delgada y ciertos rasgos faciales.

Se asume entonces que la belleza “debe tener” estas características y todo lo que se salga de ese marco es criticado o excluido. Porque la belleza tiene, además, una carga moral: Si eres bella, tienes derecho a ser amada. Si no lo eres, nadie podrá amarte. Porque sólo lo bello es digno de amor y cuidado. 

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Así que muchas de nosotras crecimos con un miedo abismal a no ser “hermosas” a los ojos de la sociedad. Porque todas y todos queremos ser queridos, valorados y cuidados. Y aquí viene la cosa: Todas y todos tenemos derecho a ser queridos, valorados y cuidados, no por cómo nos veamos, sino por quiénes somos. Puede sonar medio cliché, pero lo cierto es que, a medida que entendemos quiénes somos y lo que valemos, la visión de lo bello se va transformando. 

La importancia de la representación

No es fácil huir de esos estereotipos que se nos presentan como mandatos. ¿Cuántas veces nos hemos comparado con una modelo de Victoria Secret que aparece en Instagram, o con la influencer de moda delgada, alta y “divina”? ¿Cuántas veces nos hemos sentido culpables cuando consumimos algún contenido que nos dice que para “vernos bien” debemos hacer dieta, morir en el gimnasio y “cuidarnos”? Lo que sea que eso signifique. 

Pero la realidad es esta: Las mujeres de todo el mundo son diversas y todas merecen sentirse hermosas y representadas. La belleza no tiene una única forma y es importante que las niñas, adolescentes, jóvenes y adultas veamos a personas en la publicidad, en los medios de comunicación, en la ciencia, el deporte, ect, que se parezcaN a nosotras. Porque no somos homogéneas y porque tener referentes es importante en la formación de nuestra identidad. 

Así que la representación es importante porque puede influir en la forma en que las mujeres se ven a sí mismas. Cuando las mujeres se ven representadas de manera auténtica, pueden sentirse más cómodas en su propia piel y sentirse empoderadas para abrazar su belleza única.

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 A tí, elige bien qué contenido consumes: Si ves que no te hace bien, no lo sigas. Si notas que te hace sentir culpable, deja de leerlo. Establece vínculos con personas que te amen por quién eres, y te valoren por ello. 

Cambiar el mundo lleva tiempo, y aunque no podemos manejar la forma en la que las mujeres somos socialmente vistas o valoradas, a través de pequeños cambios en nosotras mismas y en quienes  nos rodean podremos crear un lugar más compasivo y amoroso. 

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